El invierno ha llegado, y con él las bajas temperaturas y los peligros que ello puede suponer para nuestro compresor de aire, secador e instalación de aire comprimido.
Hay consideraciones a tener en cuenta sobre el mantenimiento y el funcionamiento de los compresores de aire a bajas temperaturas, ya que si baja por debajo del punto de congelación (o incluso por encima), nos puede acarrear problemas muy graves. Tanto los compresores como los equipos anexos, tienen limitaciones de trabajo tanto a mínimas, como a máximas temperaturas, que identifica el fabricante.
Bien es sabido que los sistemas de aire comprimido generan condensados que pueden congelarse, agrietando y/o deteriorando numerosos componentes. Pero ¿en qué nos puede afectar concretamente las bajas temperaturas, y qué recomendaciones damos para proteger nuestros compresores de aire ante el frío?
Aceite
Si bajan las temperaturas, los aceites se vuelven más espesos, reduciendo así su capacidad de lubricación y pudiendo provocar averías y obstrucciones. Este estado reducirá la vida útil de nuestro equipo.
Válvulas de drenaje
El agua congelada puede agrietar las válvulas y otros componentes, por lo que hay que revisarlas con frecuencia para detectar obstrucciones.
Filtro de aire comprimido
El hielo en el filtro provocará que no fluya lo suficiente, lo que causará un flujo de aire deficiente. La acumulación de hielo puede romper el recipiente del filtro, esto causará reducciones de presión importantes o incluso el desprendimiento de restos que pueden terminar en el interior del compresor generando daños importantes.
Conociendo estas posibles averías ¿qué podemos hacer para prevenirlas?
- Seguir las indicaciones del fabricante con cada compresor. Según el modelo tienen unas recomendaciones de temperatura mínimas y máximas, aunque la temperatura óptima para un compresor son 20ºC.
- Asegurar que todos los sistemas estén aislados. Si es posible, impermeabilizar la sala donde se encuentra el compresor. Mantener una temperatura por encima de los 7 °C ayudará al correcto funcionamiento del compresor durante el invierno. Si la red neumática circula por ubicaciones por debajo de esa temperatura, una opción preventiva puede ser protegerla con aislamiento.
- Examina a diario el compresor y los sistemas de drenaje para ver si existe obstrucción por hielo.
- En muchas industrias es aconsejable valorar instalar con un sistema de recuperación del calor. El calor que generan los compresores se puede utilizar para otros procesos dentro de la instalación.
- Hablando de calor, sobre todo en los compresores de tornillo cuando generan calor eliminan la condensación generada por el frío y la humedad. Si el compresor no trabaja o trabaja poco, esta condensación se puede quedar dentro y oxidar el sistema.
- Mantenimientos habituales. Los purgadores automáticos mantienen los recipientes sin condensados que se puedan congelar y los filtros de aire nos permiten alcanzar la calidad del aire deseada. Revisiones periódicas nos ahorrarán muchos disgustos y nos ayudarán a detectar problemas causados por el frío.