Mar 10, 2023

Salas de compresores

La centralización de los equipos en una sala de compresores permite operaciones más eficientes, facilita la comunicación entre ellos, reduce costes y tiempos de intervención en las asistencias, unifica la gestión del nivel sonoro y de la refrigeración…, todo ello lo redunda en una mayor vida útil de todos los equipos y genera ahorros energéticos/económicos y de costes de mantenimiento.
Los cálculos para el correcto dimensionamiento del sistema de ventilación de la sala se realizan en función de los equipos que han de ser instalados en ella y de la distribución de los mismos. Es conveniente buscar una habitación separada del edificio principal, ya que los compresores conllevan ciertos riesgos e inconvenientes: ruido, sobrecalentamiento, drenaje de condensados, contaminantes, etc.

Especialmente si la red de aire comprimido es extensa, la sala de compresores debe estar dispuesta de tal manera que se facilite el trazado de las tuberías. El emplazamiento y el aire de admisión a la sala debe de ser lo más limpio, fresco y seco posible dentro de las posibilidades que ofrezca la ubicación. La entrada de aire generalmente se encuentra en la carrocería, pero también se puede ubicar más lejos donde el aire es más limpio.
Los equipos han de estar separados de las paredes de la sala y entre sí, para facilitar el acceso para su manejo, asistencias y mejorar la refrigeración, como también deben de contemplarse posibles instalaciones de equipos adicionales pensando en el futuro.
Es importante tener una altura que permita el acceso y la operación de equipos de elevación, como carretillas, para manejar componentes más pesados si se requiere. La sala de compresores debe tener espacio suficiente para ampliar la instalación con equipos adicionales en el futuro.
Además, en cumplimiento de las normativas medioambientales vigentes, siempre se debe instalar un colector de recogida de todos los contaminantes generados para canalizarlos a un separador de condensados.