Al comprimir el aire se generan condensados (agua, polvo, aceite …) que se depositarán en primer lugar en el o los depósitos acumuladores y en segundo lugar en la red neumática, y estos pueden acabar dañando elementos y estructuras por corrosión. Hay varias maneras de vaciar esos condensados acumulados, tanto manualmente (purgas manuales), como con purgas automáticas (electrónicas temporizadas, capacitivas o de boya).
En la instalación neumática, los purgadores se instalan en los separadores ciclónicos, en los depósitos de aire y en los filtros de línea. Los secadores incorporan también sus propias purgas cuyos condesados debemos tratar.
Según su tecnología de purgado, podemos encontrar distintos tipos:
- Purgas Manuales: El usuario purga manualmente con la periodicidad que considere oportuna.
- Purgas Automáticas: Las purgas automáticas descargan los condensados de manera autónoma bien por periodicidad, bien por llenado o bien por detección de condensados acumulados
- Purgador Capacitivo: Este sistema de purga automático es el más eficiente, ya que no dará ningún tipo de pérdida de aire. Mediante un sensor de nivel nos asegurará una evacuación ajustada al nivel de condensados.
- Purgador Electrónico Temporizado: Este purgador permite configurar tanto la frecuencia con que se realiza el purgado como el tiempo que va a estar abierto, por ejemplo (abre cada hora durante 10 segundos). Requiere conexión eléctrica.
- Purga de boya: Utiliza un flotador que actúa dependiendo de la acumulación de agua y condensados.
Recordamos que el sistema de purgas es esencial para mantener el buen estado de la instalación y de la calidad de aire, evitando los efectos de la corrosión y condensaciones aguas abajo.